Restauración. Tierras. Recuperación.

¿POR QUÉ SE CONMEMORA EL DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA LA DESERTIFICACIÓN Y LA SEQUÍA?

En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 17 de junio como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (resolución 49/115 ) para fomentar la conciencia pública sobre el tema, así como también la puesta en acción  de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) en aquellos países afectados ya sea por graves sequías, por desertificación, o por ambas, en particular en Africa.

La materia requiere una importante atención aún más especial en estos tiempos. Cuando la tierra se degrada y deja de ser productiva, los espacios naturales se deterioran y transforman. Por ende, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentan y la biodiversidad disminuye. También supone la existencia de menos espacios silvestres que amortigüen las zoonosis, como la COVID-19, y nos protejan de fenómenos climáticos extremos, como las sequías, las inundaciones y las tormentas de arena y polvo.

Colombia no es ajena a la desertificación

De acuerdo con estudios realizados por el IDEAM, cerca del 24% de las tierras en Colombia, son susceptibles a la desertificación y el 0.7% de la extensión del suelo nacional presentan procesos de desertificación.

El departamento más afectado por procesos de desertificación en el país es el de La Guajira, aunque también es posible encontrar procesos de desertificación en sectores de la cuenca alta del río Chicamocha, entre los departamentos de Boyacá y Santander. De otro lado las tierras secas de los valles interandinos y los suelos de las sabanas de los departamentos de Sucre, Córdoba y Cesar se encuentran expuestos a procesos de degradación y desertificación en la actualidad.

Es un tanto preocupante saber que las zonas más afectadas por estos procesos de desertificación en Colombia corresponde a las zonas que tradicionalmente se han destinado a la producción de alimentos, particularmente los valles interandinos, y que muchas otras, a pesar de que no se ha llegado a la desertificación, cuentan con altas probabilidades a sufrir procesos de degradación debido al sobrelaboreo y mal manejo en general.

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