En el Día Internacional de la Mujer por la Paz y el Desarme, el 24 de mayo, celebramos los esfuerzos históricos y actuales de las mujeres por la consolidación de la paz y el desarme. El mensaje es claro: rechazamos la violencia como solución a los desafíos del mundo. ¡Trabajamos por un mundo justo y pacífico, que satisfaga las necesidades humanas, no militares!
Este día se celebra en un mundo en el que 2.000 millones de personas viven en países afectados por conflictos. En esos países, las mujeres están trabajando contra corriente a fin de consolidar y mantener la paz. Lo hacen incluso en medio de la pandemia de COVID-19, pero siguen estando al margen. En los países afectados por conflictos, la representación de las mujeres en los grupos de trabajo de COVID-19 es de apenas un 18 por ciento.
Desde que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara la novedosa resolución 1325 reclamando la participación de las mujeres en las tareas de consolidación de la paz, son cada vez más las pruebas que indican que las mujeres desempeñan un poderoso rol en el sostenimiento de la paz en sus respectivas comunidades y naciones. Existen estudios que evidencian que la igualdad de género ayuda a evitar conflictos, mientras que la presencia de tasas elevadas de violencia contra las mujeres guarda correlación con el surgimiento de conflictos.
El progreso ha sido demasiado lento, aunque la evidencia es clara: cuando las mujeres están en la mesa de negociaciones, hay mayores probabilidades de que los acuerdos de paz duren 15 años o más. Sin embargo, los acuerdos de paz con disposiciones sobre igualdad de género han aumentado del 14 % en 1995 a sólo el 22 % en 2019. En promedio, entre 1992 y 2019, las mujeres sumaban el 13 % del total de negociadores, el 6 % de los mediadores y el 6 % de los signatarios de los principales procesos de paz.
Sin embargo, en muchos países del mundo, las mujeres siguen enfrentando retos y desafíos para que su derecho a la educación, al trabajo, la familia e incluso la vida, le sean permitidos, lo cual no ocurre, sobre todo, en los lugares donde los conflictos por guerras y problemas bélicos están a la orden del día.
Pero a pesar de todos los esfuerzos y avances que hasta hoy han conseguido estas organizaciones, se siguen vulnerando los derechos de la mujer, por ello, la Organización de Mujeres de la Confederación Intersindical hace un llamamiento para que se respeten y hagan cumplir los siguientes lineamientos:
- Que se traten todas las necesidades de las mujeres y niñas que son víctimas de la crisis migratoria, que terminan siendo personas refugiadas y que a la larga causan graves daños psicológicos y físicos que dejan profundas secuelas.
- Que las mujeres y niñas puedan tener la posibilidad de reclamar asilo.
- Que todas las mujeres que se encuentran en condición de refugiadas sean protegidas frente a la violencia.
- Que se creen fondos destinados para ayudar a las mujeres y cubrir sus necesidades y que esto, a su vez, permita un mayor empoderamiento, mientras permanezcan en las zonas o lugres de conflicto.